La belleza del arte Talavera
Un arte de origen milenario y al hablar de artesanía mexicana es común recordarla, hablamos de la talavera, una forma de expresión que se elabora en Puebla. Gracias a su belleza y utilidad, la talavera no sólo sobrepasó las clases sociales en la Nueva España, sino que se extendió más allá de la decoración de platos, jarras y bowls, para ser parte de la arquitectura de la época y expresión artística que persiste al día de hoy.
Ahora, hablemos más a fondo de ella y por qué es tan representativa en nuestro país. Es una técnica artesanal tipo loza o azulejo esmaltado, cuya tradición en nuestro país empieza desde el siglo XVI, elaborado con arcilla y decoraciones en tonos azul y blanco.
Te estarás preguntando ¿Cómo fue que llegó a Puebla? pues es muy probable que los españoles originarios de Sevilla la hayan traído durante la época de la colonia, propiciando un desarrollo de la industria del vidriado y del esmaltado del barro cocido. Y alrededor de 1580, la industria de la loza se convirtió en una de las principales de Puebla, ahora, en México los lugares más tradicionales donde se fabrica son Atlixco, Cholula, Puebla, Tecali de Herrera y San Pablo del Monte.
Para fabricarla, primero se realiza una combinación de arcilla negra y blanca, luego los alfareros dan forma a las piezas y vigilan el proceso de secado para lograr su firmeza. Posteriormente, las figuras se hornean a una temperatura de mil a dos mil grados centígrados y se dejan secar de 24 a 48 horas, para que tomen su color blanco, después de eso, se utiliza el método de plumeado, en el cual no existe un patrón, sino que es libre.
Por ser un arte tan maravilloso, la UNESCO la nombró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2019.